lunes, 23 de marzo de 2015

Vida de ensueño


Lágrimas negras,
Sudor frío,
Sé que vienen ya por mí…
Almas malditas de amores pasados,
Heridas que yo mismo cree,
Dentro de corazones puros…
Sentimientos y frases encontradas,
Palabras dichas al viento,
Antes dichas con amor,
Ahora solo con desprecio y dolor.

Me encuentro solo en un lugar oscuro,
No puedo ver nada a mí alrededor,
Pero siento como vienen a por mí,
Como se acercan sigilosamente a mi alma,
Quieren destrozar mi corazón, mi alma, mi amor

La batalla empieza con un duro golpe
Me han arrebatado el amor, ¡mi bien preciado!, el amor…
Siguen por mis sentimientos, ¡no puedo defenderme!
Me han atado de manos los amores pasados,
Estoy perdido, tengo ganas de llorar,
Suplico por mi vida, pero… ¡un momento!
Escucho una voz, dulce, tierna, cariñosa
¡Reconozco esa voz!
Sé quién eres, se lo que haces y lo que no,
Se ha cuantas personas has lastimado
Pero esta vez te toca a ti,
La última vez que me dejaste te perseguí,
Pero te escabulliste tan bien que no pude encontrarte,
Ahora tus propios miedos te han traído ante mí,
 - Soy tu dulce muerte…

Me sentí helado como una piedra,
El tiempo  era estático,
De repente no veo nada, no siento nada,
¿Qué paso?... ¿Sigo vivo?... ¿En dónde estoy?,
De repente mis ojos se entrecierran ante una luz,
Entre ella diviso una silueta, se parece a la de una mujer…
¡Sí! , Es una mujer, pero ¿Quién es?...

Se acerca tanto que puedo mirar sus cristalinos ojos azules,
Parece una diosa nórdica, pero ¡no lo es! ¡No puede ser!
 Yo reconozco este rostro, es la mujer que siempre me persigue en mis sueños,
Aquella que viene cada noche cuando cierro los ojos tratando dormir,
Aquella que me ha robado unos cuantos suspiros,
Aquella que ha sido la musa de mil poemas de amor, tristeza, lágrimas y dolor.

¿Quién eres?, pregunté…
Soy aquella la que todas las noches duerme junto a ti,
Por la que darías tu vida entera,
Un ángel de amor para tu alma,
La que más te ama,
Tu alma gemela,
Aquella que esperó por ti
Durante mucho tiempo,
Que perdió su vida por ti.

Tú, no podías ver,
Cuantas veces te llame en la noche de mis lágrimas,
Mirando las estrellas dibujando tu rostro,
Sintiendo como el corazón desbocado
Salía de mi pecho para correr a tu lado,
Sentí cada paso que dabas, cada boca que besabas,
Cada lágrima que derramabas era mía, tan solo mía,
Soy aquella por la que tus lágrimas salen sin sentido,
El dolor que tenías en tu corazón yo lo provocaba,
No quería que fueras de nadie, tan solo mío…

Expectante y callado la miraba sorprendido, asustando,
Mi mente cabalgaba por miles de pensamientos,
Mi alma no sabía si abandonarme a mi suerte,
O quedarse conmigo y darme fuerzas para saber que era un sueño,
Realmente pensé que era un sueño, pero ¡no!, aquello era real, muy real…

Sé cuanto miedo debes tener ahora,
Pero sabes mi amor, ahora estaremos juntos por fin,
Tú y yo, el amor de tus sueños,
Aquella princesa que tanto añorabas, ¡Soy yo!

¿Recuerdas cuantas veces caminabas solo?,
Yo estaba junto a ti,
Velaba que nadie te haga daño,
Pero siempre me pagabas mal,
Es algo lógico nunca supiste que estaba junto a ti,
Te ame desde que naciste, ¡miento!
Te amo desde antes de que tu  nazcas,
¿Recuerdas mi amor?, yo era tu amor
Aún cuando tu alma no era dada a tu cuerpo actual,
Nos amamos por toda la eternidad,
Por mil lunas y mil soles,
Volábamos juntos hasta los rincones
Mas lindos, oscuros y tibios del universo,
Tu alma era mía, así como la mía tuya,

Un desafortunado día pasamos por la Tierra,
Te quedaste hechizado de esta gente,
De esta tierra, te hicieron prisionero,
Luche por todos los años de mi vida,
Durante mil años luche por ti, tan solo por ti,
No me importaba mi vida, me importaba la tuya,
Porque sabía que si te hacían daño
Me lo harían a mí también.

Amenazaron con matarte,
Fue cuando me di por vencida,
Preferiría mil veces tu vida antes que tu muerte,
Así que me sacrifique por ti,
Andrómeda me llamabas, tu princesa alada,
Aquella por la que tus letras y tus canciones,
Brotaban sin sentido alguno, para mí lo tienen amor mío.

Ahora es tiempo de estar juntos otra vez…
No me rechaces esta vez, por favor te lo ruego…,

Mis calor corporal bajo a su intensidad mínima,
Tanta información no supo como ingresar a mi cerebro,
Parecía un sueño, pero era tan real aquello,
De repente sentí como si caía en picada,
A una velocidad máxima,
Mi cuerpo se empezaba a deshacer en pequeñas partículas,
Un golpe duro, seco, me invadió el dolor…

Abrí los ojos una vez más,
Me hallé entre personas, médicos, policías…
Estaba vivo, pero ¿Qué pasó?,
No sentía mi cuerpo,
La desesperación me recorrió completo,
Sentí un choque eléctrico en mi pecho, quemaba mucho,
Di un alarido de dolor,
Todo se apago…

::Escrita en la inspiración de unas letras: Esas ganas de llorar - Edgar Oceransky